Accesorio &ldquo;demod&eacute;&rdquo; y ridiculizado hasta hace unos a&ntilde;os, el abanico comienza discretamente a ganar terreno en esta era de veranos caniculares. Pero dif&iacute;cilmente recobre el status que lleg&oacute; a alcanzar tres siglos atr&aacute;s.

Ya sea como accesorio indispensable o como objeto de lujo y refinamiento, el abanico ha sido un objeto incre&iacute;blemente &uacute;til a trav&eacute;s de la historia. De madera, tela, plumas o papel &mdash;tanto para hombres como para mujeres&mdash; fue utilizado a trav&eacute;s de los tiempos con un evidente fin pr&aacute;ctico (&iexcl;un poco de aire!) pero tambi&eacute;n en funciones sociales, pol&iacute;ticas y hasta militares.
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Los abanicos m&aacute;s antiguos de los que se tiene conocimiento datan del antiguo Egipto. En la tumba de Tutankam&oacute;n se encontraron ocho abanicos y representaciones de su uso pintadas en las paredes. De diferentes tama&ntilde;os, a menudo de plumas y piedras preciosas, eran un s&iacute;mbolo de poder, objetos de gran valor reservados a la familia real o a los oficiales militares (cuanto m&aacute;s decorado estaba el abanico, m&aacute;s influyente era la persona). No es casual que una de las representaciones m&aacute;s tradicionales de la imaginer&iacute;a egipcia es la del far&oacute;n refrescado por un sirviente con un largo abanico de plumas. En cambio, en la antigua Grecia, el abanico o "rhipis" ten&iacute;a forma de rama (de palmera o acacia) y se utilizaba principalmente para ahuyentar las moscas que invad&iacute;an los altares donde se hac&iacute;an ofrendas a los dioses.
<h3 style="text-align: justify;">El abanico en Oriente </h3>
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El abanico en Oriente tiene una larga historia. Si bien no se conoce la fecha exacta de su aparici&oacute;n en Jap&oacute;n, se sabe que lleg&oacute; all&iacute; a trav&eacute;s de Corea. Sin embargo, fue en Jap&oacute;n donde se desarroll&oacute; el "ogi", abanico plegable utilizado principalmente por los hombres.
En la Edad Media, el shogun (jefe del ej&eacute;rcito) utilizaba el gunsen &mdash;un abanico con armaz&oacute;n de acero cuya hoja blanca estaba decorada con un c&iacute;rculo rojo&mdash; para dirigir a las tropas. Abierto, se usaba como se&ntilde;al de reuni&oacute;n u orden para que los soldados lo siguieran; cerrado, significaba vigilancia y protecci&oacute;n. A partir del periodo Edo (1603-1818), los abanicos se convirtieron en un elemento esencial del baile y las artes marciales as&iacute; como herramientas publicitarias.
En China, la historia del abanico remonta a miles de a&ntilde;os y es este pa&iacute;s que posee el ejemplar m&aacute;s antiguo, del siglo VII a.C.&nbsp; Se le consideraba, ante todo, un elemento divino pues se cre&iacute;a que subi&eacute;ndose a &eacute;l, los dioses pod&iacute;an desplazarse por el aire y cruzar oc&eacute;anos. Los primeros abanicos estaban hechos de plumas y los artesanos utilizaban madera de s&aacute;ndalo que serv&iacute;a para perfumar el aire y como repelente de insectos.
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<h3 style="text-align: justify;">El abanico llega a Europa</h3>
Los primeros abanicos que aparecieron en Europa vinieron directamente desde Jap&oacute;n, en los ba&uacute;les portugueses que, en el siglo XVI, llegaban cargados de especias y sedas. R&aacute;pidamente se convirtieron en un elemento refinado y lujoso adorado por la nobleza. Durante el Renacimiento, los abanicos fueron tambi&eacute;n un objeto de poder adoptado por mujeres muy influyentes como Isabel I en Inglaterra y Catalina de M&eacute;dicis, que lo llev&oacute; a Francia desde Italia. &nbsp;Bajo el reino de Luis XIV se instituy&oacute; una corporaci&oacute;n de abaniqueros. &nbsp;
Durante el per&iacute;odo de auge del abanico, este ocup&oacute; un lugar central en la toilette femenina y todas las damas distinguidas deb&iacute;an saber c&oacute;mo manejarlo. &nbsp;En efecto, los abanicos ten&iacute;an un significado particular: sujetar el abanico abierto con las dos manos, significaba &ldquo;es mejor que me olvides&rdquo;, si se cubr&iacute;a el rostro significaba &ldquo;cuidado, nos vigilan&rdquo;, si se pasaba el abanico por los ojos significa &ldquo;lo siento&rdquo;, si se lo cerraba toc&aacute;ndose los ojos significaba &ldquo;&iquest;cuando te puedo ver?&rdquo;, pasarlo de una mano a otra quer&iacute;a decir &ldquo;s&eacute; que miras a otra&rdquo;. Asimismo, su decoraci&oacute;n ten&iacute;a un sentido. Pod&iacute;a representar un pasaje de la vida personal a trav&eacute;s de escenas particulares, como un compromiso, una boda o una muerte y tambi&eacute;n era el reflejo de las opiniones pol&iacute;ticas. &nbsp;Los artesanos ingleses, italianos y franceses lo convirtieron en un objeto de arte, decorado con piedras preciosas, n&aacute;car, marfil, entre otras cosas: una verdadera joya.

<h3 style="text-align: justify;">&iexcl;Y viva Espa&ntilde;a!</h3>
Pero fue en Espa&ntilde;a donde, en el siglo XIX, la producci&oacute;n se desarroll&oacute; en gran escala. Tras la Revoluci&oacute;n Francesa, los artesanos franceses abandonaron el pa&iacute;s para instalarse en Espa&ntilde;a, sobre todo en Valencia y la producci&oacute;n de la ciudad, la Real F&aacute;brica de Abanicos, se convirti&oacute; en la mayor de Europa.
A principios del siglo XX, los abanicos de plumas estuvieron en el candelero durante un tiempo, as&iacute; como las bell&iacute;simas hojas pintadas sobre seda inspiradas en el Art Nouveau y el Art D&eacute;co. Sin embargo, las dos guerras mundiales pusieron fin al reinado del abanico por razones econ&oacute;micas y cambios en la moda.
Hoy, Espa&ntilde;a y Jap&oacute;n siguen siendo los m&aacute;s grandes productores de abanicos y donde m&aacute;s se ve este accesorio en el uso cotidiano. Elegante, refinado, original y ecol&oacute;gico, el abanico tiene todas las capacidades para convertirse de nuevo en el accesorio insustituible en la cartera femenina.

El abanico: La historia detrás de un accesorio eterno

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