Claudia Betancourt y Nano Pulgar, son los artistas y dise&ntilde;adores detr&aacute;s de WALKA, el estudio de joyer&iacute;a contempor&aacute;nea que desde 2003 resguarda un oficio ligado a la artesan&iacute;a y al quehacer manual, mediante joyas hechas de materiales ligados a la identidad chilena y su territorio.

Betancourt y Pulgar, no han seguido reglas tradicionales. Hace veinte a&ntilde;os, lo normal hubiese sido que ambos se dedicaran a lo que estudiaron -ella, turismo y &eacute;l, derecho- no obstante quisieron apostar por algo que en esa &eacute;poca era poco valorado: el quehacer manual. Claudia Betancourt se cri&oacute; con un abuelo y un padre artesanos, que la ayudaron a empaparse de este conocimiento. Para ella, sin embargo, fue dif&iacute;cil ver el potencial que exist&iacute;a en este rubro y la necesidad de resguardarlo. Sin embargo, Pulgar lo capt&oacute; y motiv&oacute; a su pareja a que ambos trabajaran en mantener vivo este legado artesanal que forma parte de la identidad chilena. &ldquo;Yo estaba muy introducida en este mundo artesano y del hacer con las manos, as&iacute; que se me hizo muy dif&iacute;cil ver la necesidad de preservar todo eso. Nano, que lo ve&iacute;a desde afuera, capt&oacute; todo esto, lo que hizo que pudi&eacute;ramos formar la tremenda dupla que somos actualmente&rdquo;, comenta Betancourt.

Pulgar no se form&oacute; dentro de una familia hacedora. A diferencia de Betancourt, sus padres eran grandes coleccionistas de artesan&iacute;a. Eso hizo que desde peque&ntilde;o conociera la importancia de conservar tesoros eternos, y viera la gran labor que se realizaba dentro de la familia de su pareja. Un trabajo &uacute;nico que no pod&iacute;a desvanecerse con el paso del tiempo. &ldquo;Lo que m&aacute;s me resuena hoy d&iacute;a es el inicio del taller. No fue por el impulso de un artista por expresar lo que tiene adentro, y tampoco las ganas de un emprendedor de formar un negocio. Este se inici&oacute; con un objetivo claro, que hoy en d&iacute;a sigue traduciendo nuestra labor: mostrar un tesoro cultural que no solo le pertenece a la familia de Claudia, sino que le pertenece a Chile. Hab&iacute;a una sola manera de mantener este tesoro cultural, y ese era que alguien se pusiera a hacer esto desde su propia manera&rdquo;, comenta Pulgar, refiri&eacute;ndose a ellos como un &ldquo;punto dentro de una larga historia&rdquo;.

Como artistas y dise&ntilde;adores detr&aacute;s de <a href="https://walka.cl/">WALKA</a>, ellos est&aacute;n al servicio del material -metales, diamantes, oro, entre otros- para lograr colecciones que entreguen una nueva mirada a la joyer&iacute;a tradicional. A trav&eacute;s de los distintos procesos creativos -que var&iacute;an dependiendo de la historia, contextos y la evoluci&oacute;n de sus aprendizajes- las diferentes colecciones de WALKA han demostrado que, mediante un di&aacute;logo y la humildad del hacedor, se pueden crear piezas de excepci&oacute;n que forman parte de la identidad nacional. &ldquo;Cualquier hacer manual es uno de los colegios m&aacute;s bonitos, una de las universidades m&aacute;s profundas, uno de los psiquiatras m&aacute;s baratos y, probablemente, el ente&oacute;geno m&aacute;s potente para la expansi&oacute;n de la conciencia, para lograr un lugar de libertad, y tambi&eacute;n un polvor&iacute;n de resistencia&rdquo;, finaliza Pulgar.&nbsp;

Al servicio del material

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