Aunque no todas viven en nuestro pa&iacute;s, hay algo que las une: una pasi&oacute;n por redescubrir miradas sobre Chile a trav&eacute;s de sus obras. Cada una con t&eacute;cnicas propias, confiesan que las mueve la pasi&oacute;n y el eterno retorno a las ra&iacute;ces.

AMALIA VALDES vive actualmente en Berl&iacute;n y entre sus estudios se cuentan menciones en pintura, conservaci&oacute;n y restauraci&oacute;n. Adem&aacute;s, ha sido parte de decenas de residencias y workshops alrededor del mundo y su obra ya esta en manos de importantes coleccionistas. Desde Europa, confiesa que ha generado un inter&eacute;s continuo e inacabable por tradiciones y s&iacute;mbolos antiguos de diferentes pueblos y culturas chilenas. &ldquo;Me mueven las culturas ancestrales y sus sabidur&iacute;as milenarias, los oficios antiguos y los artesanos que son artistas innatos, la naturaleza en todas sus dimensiones, la libertad, mi hija Nina, Berl&iacute;n&rdquo;. Define su trabajo como una forma de autosanaci&oacute;n. &ldquo;Veo y pienso la creaci&oacute;n como una manera de vivir que me conecta con la intuici&oacute;n y la magia. Adoro cuando mis ideas se traducen en obras y las veo reflejadas en algo concreto&rdquo;, asegura.

PASCUALA LIRA es licenciada en Artes Visuales con menci&oacute;n en Pintura y su obra busca &ldquo;experimentar y trabajar la pintura de una manera libre, casi compulsiva. Es hacer el ejercicio de pintar, de prueba y error, de descubrir cosas sin esperar un &ldquo;gran final&rdquo;. Es descubrir lo que la pintura necesita sin miedo a equivocarse, donde los errores pueden tener ese factor sorpresa que te va abriendo caminos. Mi trabajo consiste en repetir ejercicios e ir variando para descubrir que el goce no est&aacute; en la idea &uacute;ltima, sino en el hacer&rdquo;, sostiene.
Su nacionalidad est&aacute; presente en toda su obra, ya que, seg&uacute;n cuenta, la historia personal influye y se presenta como un punto de partida en cada pieza. &ldquo;En mi caso, la pintura mural del barroco novohispano andino siempre ha sido un motivo de inspiraci&oacute;n y de estudio. Es el sincretismo por repetici&oacute;n que hace un arte nuevo. Es esa libertad contenida en ciertos par&aacute;metros la que busca una ruta propia que se distancia del punto de partida&rdquo;, explica.

PAULA VALENZUELA es licenciada en Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae y cuenta con cuatro muestras individuales y decenas de exposiciones colectivas. Desde Vi&ntilde;a del Mar, ciudad en la que reside, nos cuenta que lo que motiva su trabajo es la idea de ir hacia otro lugar. &ldquo;A m&iacute; me mueve mucho imaginarme otras formas, otros espacios, que de pronto no los vemos en la cotidianidad, pero est&aacute;n por ah&iacute;, solo depende de nosotros poder verlos. Me mueve inventar cosas, situaciones, escenas, lugares, cuadros, espacios. Me mueve crear tanto dentro como fuera de mis cuadros&rdquo;, afirma.
En relaci&oacute;n a Chile, dice no estar muy segura de que sea una verdadera pasi&oacute;n o un desgaste: &ldquo;Tengo una relaci&oacute;n ambivalente con Chile, es un pa&iacute;s que me cuesta y me gusta, la verdad no he querido designarle a mi trabajo un territorio determinado, pero el territorio y la sociedad que conformamos nos afectan queramos o no, en ese sentido siempre he tenido, por ejemplo, el tema del paisaje muy presente, siento que como artistas chilenos es algo que nos sucede, nos vinculamos con un territorio muy particular, que se entromete con nosotros, queramos o no, quiz&aacute;s por ah&iacute; Chile se cuela a ratos en mi trabajo, pero en general vinculo mi trabajo a algo m&aacute;s global, m&aacute;s humano&rdquo;, se&ntilde;ala.
&ldquo;Mi trabajo tiene que ver con la pintura, ese es mi tema, en eso profundizo, eso es lo que estudio. Intento, en general, no definir demasiado nada, el trabajo va cambiando mucho en el tiempo y creo que es fundamental no definirlo para otorgarle la elasticidad que necesita&rdquo;.

NICOLE TIJOUX cuenta que Chile est&aacute; presente en la mayor&iacute;a de su obra. Y es que al vivir en Londres, es probable que las reminiscencias del origen gu&iacute;en su trabajo. &ldquo;Casi todos los modelos que participan en los cuadros son familia y amigos. Los colores y paletas de las aguas son, en general, de aguas de Chile&rdquo;, comenta Nicole, quien ha cursado residencias en Brasil, Francia, Estados Unidos e Italia.
Su obra tiene como eje central la figura humana en el agua y la interacci&oacute;n entre ambos cuerpos en movimiento: &ldquo;En la pintura se da la oportunidad de traducir el cuerpo de un modo mas el&aacute;stico, invisible, fantasmal, luminoso, donde el color es parte en este proceso para diferenciarse de la versi&oacute;n original fotografiada y acercarla m&aacute;s al recuerdo emocional y subjetivo que tengo del momento que captur&eacute;&rdquo;, cuenta.
El proceso creativo de Nicole comienza con una foto. Empez&oacute; a retratar a nadadores en piscinas para probar nuevas t&eacute;cnicas: las figuras, sombras y part&iacute;culas de color fueron luego traducidas a trav&eacute;s de pintura al &oacute;leo, pero omitiendo alguna informaci&oacute;n sobre ellas para poder enfocar c&oacute;mo se comportan los fragmentos en la superficie en movimiento del agua. &ldquo;Al mismo tiempo, utilic&eacute; un solo color para referirme al fondo de la figura, un campo de color plano y sin trazas, cuyo vac&iacute;o creaba una tensi&oacute;n con la figura llena de detalles dispersos&rdquo;.

JOSEFINA CONCHA Tras dos residencias, una en Lima y otra en Nueva York, la artista visual ha realizado varias exposiciones tanto en Chile como en el extranjero. Su sensibilidad va por el lado de la naturaleza, que inspira cada trabajo que crea. Chile es una de las cosas que m&aacute;s la mueven, ya que siempre ha visto la artesan&iacute;a como una fuerte inspiraci&oacute;n. &ldquo;Admiro profundamente el oficio de un artesano. Desde el tejido de crin en Rari, la c&eacute;ramica de Quinchamal&iacute;, las tejedoras con sus piezas XL de Chapilca, el telar mapuche y los tejidos de Pilwa.
Esa tradici&oacute;n, delicadeza, sensibilidad y el compromiso con el oficio, por agotador que sea muchas veces, son una manera de tener presente la historia de nuestras ra&iacute;ces y nuestra cultura&rdquo;, dice Josefina. La mujer tambi&eacute;n est&aacute; presente en su trabajo, porque, cuenta, tiene una larga lista que la inspira y revisita de forma constante. &ldquo;Con mi obra siento una fuerte carga femenina, siempre lo he pensado, soy consciente de que miro con ojos de mujer. Quiz&aacute;s se manifiesta en las l&iacute;neas curvas y las formas circulares, los colores, lo textil, lo manual, siempre lo asocio con un aspecto m&aacute;s femenino. En mi trabajo m&aacute;s gr&aacute;fico nunca ha aparecido una presencia masculina&rdquo;, confiesa.
&ldquo;Me he concentrado en el uso de un recurso metapict&oacute;rico. En lugar de pintar, coso y exploro las cualidades que me puede dar el hilo. Intentando recrear gestos que van desde la saturaci&oacute;n del material para crear volumen o hasta la s&iacute;ntesis de la l&iacute;nea&rdquo;, comenta. Y basta ver su obra para darse cuenta de que todo lo que dice se plasma en un lienzo.

5 mujeres, 5 miradas a Chile

Tags

Entradas recomendadas

Moda

Tommy Hilfiger adora Nueva York (y viceversa)

Moda

Jean Paul Gaultier anuncia una nueva colaboración junto a Shayne Oliver

Mujer

WORKING GIRLS

Moda

Ni tontos ni pesados: vuelven Los Tres

Gourmet

Terroir llega a Chile: la vinicultura se apodera de El Toro de la mano de Paul Grieco

Moda

En sus zapatos: lo nuevo de Gucci Horsebit

Moda

PAS DE DEUX

Moda

Con ganas de ROKH H&M: perfectamente imperfecta